Lo mejor de todo, lo que han disfrutado aprendiendo sobre esta obra clásica.
Nuestro cuento:
“DON
QUIJOTE: EL REY CABALLERO MUSCULOSO”
A un lugar de Puerto Real, un día de
mucha lluvia y viento, llegó caminando por el paseo marítimo un señor muy raro,
con un bigote muy largo con las puntas retorcidas, una barba puntiaguda y
bastante flaco. Se llamaba Alonso Quijano, pero le gustaba llamarse Don
Quijote. Además, lo miraba todo con sorpresa, se quedaba con la boca abierta y
los ojos muy redondos, como si estuviese viendo un fantasma, porque nunca había
visto esas cosas tan nuevas: una señora hablando por teléfono, casas grandes y
decoradas, los reyes magos volando en helicóptero, colegios, coches, motos,
bicicletas y unos perros vestidos.
-
¡Esto
qué es!.- Gritó Don Quijote un poquito asustado.
Tan asustado estaba, que acabó desmayándose. Como estaba en
el paseo marítimo, se acercaron muchas personas. Un anciano un poquito bajito y
que era médico en el ambulatorio le preguntó al desmayado:
-
¡Oye!,
¿Qué te ha pasado, estás bien?.
Don Quijote no respondía, estaba completamente desmayado, por
lo que lo subió a su coche y lo llevó rápidamente al hospital. Cuando llegó al
hospital, lo pusieron en una camilla y le pusieron un gotero para que se despertara. Don Quijote se despertó y
volvió a poner los ojos como platos, preguntado muchas veces:
-
¡Quiero
mi lanza! ¡Quiero mi lanza!
Los médicos se dieron cuenta que Don Quijote tenía mucha
imaginación, por lo que tuvieron mucha paciencia con él. Le explicaron qué le
había pasado y que estaba en un hospital. Lo trataban muy bien y lo cuidaban
perfectamente y como Don Quijote no había escuchado bien lo que le estaban
explicando se confundió y se pensó que estaba en un castillo que él mismo había
conquistado. Se proclamó “el rey
caballero musculoso del castillo”.
Llegó la hora de la cena y le llevaron a su cama un pucherito
con muy pocos fideos. Don Quijote se enfadó, porque quería que en su castillo
se hiciera un gran banquete para celebrar que se había convertido en el rey
caballero musculoso del castillo. Llamó a los cocineros de su castillo gritando
una vez y otra vez:
-
¡Cocineros
del castillo del rey caballero musculoso, venid a mi habitación por favor!
En realidad, no fueron los cocineros, si no los médicos que
cuidaban de Don Quijote. Como sabían que Don Quijote tenía mucha imaginación y
habían decidido tener mucha paciencia con él, organizaron un gran banquete
dentro del hospital.
Al terminar de comer en el gran banquete, a Don Quijote le
entró un poquito de pena y, aunque los médicos lo trataban bien y a él le
gustaba ser el rey caballero musculoso de su propio castillo, quiso volver a
ver a su amada Dulcinea, a su amigo Sancho, a su caballo Rocinante, a su perro,
a su hermana y a su sobrina. Además, echaba mucho de menos los libros, que
buscó por todos los cajones y muebles pero que no encontró.
De noche, antes de que llegará el día, se bajó de la cama y
con la luz de la luna, se marchó de nuevo por el paseo marítimo camino a su
casa y en Puerto Real siempre fue recordado como el rey caballero musculoso que
consiguió organizar un gran banquete dentro de un hospital.
INFANTIL 5 AÑOS D.